lunes, 29 de junio de 2015

Orígenes

25 de Junio. 2015.

Me despierto a orillas del Océano Atlántico. Galicia. Costa Da Morte. Playa del rostro. En medio de la nada. En medio del todo. 

En la arena cientos de gaviotas me esperan apaciblemente para darme los buenos días. Nunca había visto tantas juntas y tan tranquilas. Camino por el agua para comentarles a mis pies que hoy será el último trayecto del viaje. Llegamos ya al Fin de la Tierra. Son sólo 10 km desde aquí, por lo que se plantea como tarea fácil.

Vuelvo hacia mi tienda en medio de las 500 gaviotas según la prensa y 100 según la policía. Al momento, todas alzan su vuelo. Mitad para un lado, mitad para el otro, como formando una coreografía en los cielos, o un ritual bailado deseándome suerte en mi último día.

Mi viaje hasta Fisterra, como los antiguos peregrinos, tiene su misión. Purificar mi alma en sus aguas y dejar allí mi pasado para seguir fluyendo en mi presente y volar hacia un futuro nuevo. Renovado. Por eso también en mi mochila llevo un montón de piedras que he ido recogiendo durante todo El Camino, que como me dijo Gustqavo, llevan pegadas las cosas que no quiero de mi, para volver a mi casa uno nuevo. Más persona, más animal quizas. Más humano pero más primario. Menos racional, más pasional. Más abierto, más esencia, más instinto...En definitiva, más puro.

Agarro mi palo, ya sólo de una punta, (la otra la perdí en el proceso de rescate de Vida en aquellas zarzas), y le coloco una pluma negra que encontré los primeros días de mi viaje, allá por el País Vasco. De los orígenes de mi camino, y que presenció todo el trayecto desde mi mochila, impregnada al igual que yo de toda la vivencia. Por eso quiero que hoy esté conmigo, capitaneando el rumbo desde lo más alto del stick, atado con unos juncos, con su debido permiso.

Me enfundo mi camiseta de la Virgen del Amor, portada de este blog, y que le llamo así porque en su mano se ve como reza por amor. Love escrito al revés, para que al yo mirar hacia abajo en algún momento de flaqueza o de grandeza, recuerde que el mundo es movido por amor. La fuerza más grande y más simple que al ser humano a veces se le olvida, pero que cuando se entiende, se comprende y se practica, es asombroso el resultado de paz y felicidad que proporciona. Amor por todo, amor por nada. El Amor Universal, infinito e incondicional, acompañado del poder de la sonrisa.

También se llama Virgen del Amor, porque la persona que me regaló esta camiseta así se llama. Amor. Amiga que conocí hace unos meses en mi pueblo, después de mi estancia en Barcelona y de mis primeras directrices hacia este camino de las energías por parte de mi Chamán de Monserrat. Ella, al verme interesado en el tema y ser conocedora de nuevas fuentes enriquecedoras del interior, me dijo que quizás en Ibiza, dónde ella vive, podría ampliar mi conocimiento al respecto, al ser una isla con puntos energéticos importantes.

Al encontrarme con ella por casualidad y estar abierto al flujo energético, acepté por su puesto su invitación, y durante tres semanas experimenté la energía de la isla en mis propias carnes. La primera semana fue de práctica en campo, haciendo excursiones todos los días a direfentes playas, calas y montañas. Maravilloso. Una isla digna de admirar y de sentir. Las otras dos semanas fueron de asimilación y reflexión, debido a que en el tercer o cuarto día, mi guía o mensajera en ese momento, Amor, me llevó al templo de la Diosa Tanit. Para ella un sitio que la vez que fue sintió cosas muy intensas, y quería que yo viera.

Llegamos juntos al lugar pero me dejó sólo al cabo de un rato al verme interesado mirando la estatuilla de la Diosa Tanit sin desviar mi atención. En realidad yo estaba intentando forzar una conexión con aquel lugar, pero la verdad que no estaba sintiendo nada especial. Cuando me quedé sólo seguí intentándolo pero no hubo manera. De todas formas, aquello era un sitio tranquilo y confortable, y yo agradecí a la montaña y a la Diosa mi estancia en aquel lugar. Fue ene ese momento, cuando ya me marchaba y presenté mis respetos en forma de despedida, cuando algo recorrió mi cuerpo y me puso los pelos de punta. Entró por mi espalda para instaurarse por unos segundos en mi nuca, y así llegar a cada punta de mi cuerpo. Sensación única y placentera a la vez. Me dejé llevar por el momento, cerré los ojos y disfruté de aquello. Cuando cesó, volví a presentar mis respetos, y de nuevo, aquella fría sensación recorrió mi cuerpo. Así durante siete u ocho veces, cada vez de una manera más intensa y cada vez más contento porque esa sensación me hacía sonreir. Parecía que algo allí estaba pasando que había hecho abrir en mí una puerta hacia algún lugar. Una puerta a mi nueva percepción de la realidad.

Caminé después por media hora hacia el coche dónde estaba Amor. Por un bosque entre montañas donde la Orquesta de la Naturaleza empezaba a tocarme sus primeras sinfonías. De aquellas no asimilaba que la ganancia de colores y sonidos era provocada por la energía que había recibido en aquel momento de manera no consciente. Ahora, lo reconozco como tal, y así también me lo hizo saber Amor aquel día, cuando le conté lo sucedido. Mi ninfa de Ibiza.

Y gracias a ella aquí estoy, siguiendo con mi descubrimiento desde el interior a lo más profundo, en el Camino de Santiago, camino de Fisterra.






No hay comentarios:

Publicar un comentario