lunes, 22 de junio de 2015

Ayer

21 de Junio. Solsticio de verano. Lindo atardecer con "Vida". Así he decidido llamar a mi nuevo compañero de batallas. En parte porque no sé si es gato o gata. En parte porque su mirada así lo expresaba. Mucha vida.. Y así me lo hizo ver este pequeño de ojos azules y pelo negro cuando lo encontré entre las zarzas. Quería vivir y no abandonarse a la suerte en aquel bosque.Quizás su suerte soy yo. Quizás mi suerte es él y por eso vamos juntos. Aunque la suerte no se encuentra, se busca, y él la buscaba con sus tímidos maullidos, más fuertes al verme. Yo justo, pasaba por allí. Él, camino con firmeza hacia mí cuando le llamé, e hizo salir al otro gatito escondido entre la maleza.

El de pelo blanco ya encontró hogar. Vida, se está convirtiendo en un viajero al acompañarme. Y él es el que decide, porque cuando lo dejo en el suelo me busca y me sigue. Ambos dos libres con un mismo destino. Fisterra.



Son casi las 23:00 y el sol abandona la tarde detrás de la ladera. En minutos, la luna ya saluda con ese cuarto creciente. De seguido una estrella, un planeta o un satélite, la verdad que no entiendo mucho de astronomía. Un punto brillante que acompaña a la luna en el principio de la noche. Luego otro. Dos murciélagos revolotean sobre mi cabeza. Un mosquito me pica el pie descalzo. Tumbado sobre la hierba para disfrutar el momento..

El bosque habla a mi alrededor. Los árboles suenan las ramas en forma de chasquido para saludar. Puede que sean animales. Al fin y al cabo este es su hábitat, y yo un invitado. O mejor dicho uno más.

Enciendo mi linterna y sigo escribiendo. Vida, jugueteando a mi lado. Me muerde y se engancha de mi camiseta. Al frente, el horizonte todavía tiene tonos rojizos. Detrás, oscuridad. Mi tienda, en medio de un prado de sembrado ya recogido  en los lados. Empaquetado en grandes lonas negras. Y arriba, otras estrella más.

Ya son tres a la derecha de la luna. Y otras tantas a su izquierda. Desde un plano cenital, un hilo de ellas que empieza a formar constelaciones.. Me fumo un piti, me relajo y empiezo a disfrutar del espectáculo.

La función parece que va a empezar.El primer actor que reconozco es la osa menor, en forma de carro grande. Cuatro puntas de cuadrado y otras tres para la cola. Un pájaro canta en el oscuro bosque de atrás. O puede que una serpiente. Es como el croar de una rana pero sin parar en ráfagas de quince segundos.

A lo lejos sonido de coches que me recuerdan que sigo en este planeta. Más cerca, lo que parecen pisadas de un caballo.La fauna se anima, y realmente no se identificar lo que son, excepto los mosquitos que a mi lado pasan bufando. Puede que haya un río próximo, y de allí provengan ciertos raros ruidos de apareamiento de algún anfibio. Más lejano, perros ladrando.

El caballo se acerca, y sin verlo, se va. Medoy una vuelta a mi alrededor para ver si veo algo, pero nada. Parezco estar ssolo, aunque la orquesta de la noche dice lo contrario. Emoción continuada y muy sensitiva. Tranquilo. Yo cuido a na Naturaleza y ella me cuida a mi. Me fumo otro pito, y a dormir.

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