lunes, 8 de junio de 2015

Gijón-Avilés

San Lorenzo, playa, Gijón. Despacio. Muy despacio. Practicando uno de los ejercicios que Pablo Coelho relata en su libro del Peregrino. Gran escritor, pues me había hecho pensar que realmente hizo el Camino de Santiago, pero hay rumores de que simplemente lo hizo en coche para ver las localizaciones. Sea como fuere, el mensaje del libro me gusta. Con sus prácticas para desarrollar el ser interior. Algo en lo que me encuentro. Por eso hoy mezclo tres de sus ejercicios en uno, para añadirlo a mis propios rituales. El del agua, el de caminar lento y el de escuchar con los ojos cerrados.



Pasito a pasito, a la velocidad de mis amigos los caracoles y observando todo lo que acontece a mi alrededor. Personas tranquilas pasean al igual que yo. Cruces de miradas, sonrisas. A un lado, las bravas olas armoniosas del mar Cantábrico que hacen subir la marea rápidamente. Al otro lado, el muro donde chocan las aguas y el cual separa la arena de la ciudad. Grandes edificios que observan ya de muchos años los que por aquí pasaron, durante tantas y tantas subidas y bajadas de marea a ritmos vertiginosos. Surfistas practican movimientos. Otros ya los viven dentro. Mientras yo, bajo la vista y veo cómo mis pies marcan dibujos en el agua, ejercicio que si practicas todos los días, dicen desarrolla tu intuición.

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Al finalizar el paseo cierro los ojos y escucho...primero las olas, cual rugido de un león simplemente saludando, pero efusivo, con ganas de jugar. Después, el bullicio de la gente. Voy seleccionando conversaciones cercanas. Que si hace buen tiempo, que si son las doce...Pitidos de aviso de un socorrista avisando a los bañistas que tengan cuidado, marejada media. A mi lado el clic de una cámara de fotos, plasmando probablemente mis sonidos en imágenes. Un silbido musical de alguien que aparenta estar contento. El agua de las duchas golpeando contra el suelo.Zapatilla contra zapatilla para quitar la arena. Y todo esto acompañado, si añadimos un sentido, del olor a mar.

Así pues, mezclando los tres ejercicios, se supone que seré más hábil al observar, desarrollaré mi intuición y escucharé voces que me guien. Haciendo un pequeño resumen, deciros que esta mañana caminé por una hora con una peregrina francesa desde el camping-albergue donde nos hospedamos hasta Gijón. Hablamos de muchos temas, y uno de ellos su forma de viajar, con tienda de campaña.

Observé que para ella es genial por las explicaciones que me daba. Mi intuición me dice que estaría bien para mi experimento de viaje al poder disfrutar de una máxima conexión con la
Naturaleza durmiendo en sus noches, además de no tener que seguir las rutas por disponibilidad de albergues, que aveces me hacen hacer muchos kilómetros. Por último, una voz dentro de mi me dice que consiga una cuando me llegue la financiación acordada todos los meses con el Estado, osease, el día 10. Veremos entonces si el viaje sigue evolucionando hacia algún lugar.

Desde Avilés, con el día más industrial donde les halla, con mucho ánimo y continuando. :)

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