Hola que tal. Vuelvo a pedir perdón por la escritura confusa y deprisa en ocasiones con errores de escritura xo el teclado del móvil no es mi fuerte. Prefiero escribir desde el boli al papel. Siempre he sido un romántico, que hasta los tachones le dan su punto. De hecho hoy escribí unas letras desde el puente del río Uroka, en Zumaia. Detuve mi marcha pues no me apetecía andar, y la verdad q tampoco tenia prisa. Me tumbo en un banco con vistas a la iglesia de San Juan, q despierta mi entresueño a golpe de campana de 10:45.
Dejo que fluya mi pluma en el pentagrama, y no es lírica es real, porque mi cuaderno de viaje es de música ya que era el menos pesado que había en la tienda. Como si de una nueva sinfonía se tratara, OS quiero contar mis avances del viaje.
Después de sentir una conexión directa con la vegetación en etapas anteriores, también por casualidad y las casualidades no existen, mi intención ahora es la de comunicarme con los animales. Es algo normal en nuestras vidas cotidianas el hecho de tener animales de compañía. Hablar con los gatos, perros. Hay quién habla con loros, periquitos. Otros tienen en casa peces, serpientes,lagartos. Infinidad de animales con los q surgen varios lazos de unión, en los que tú les proporcionas comida, casa,cuidados...y ellos te responden a su manera, con mayor o menor comprensión de ambos hacia el otro, pero existe una comunicación.
Pues bien, ayer después de cenar un estupendo menú de peregrinos con Feli ( alubias con mejillones y merluza en su salsa), me quedé sólo un rato para escribir la entrada del blog. A la vuelta a casa comenzó a llover un poco, y por la acera que yo transitaba cruzaba un caracol en todo su esplendor con sus cuernos al son de la luna y la noche en este caso. Le vi en su salsa disfrutando de cada gota de lluvia en su lento movimiento de gozo direccion a las hierbas. En ese momento pensé...¿por qué no? ¿no acariciaríamos a un perro? Voy a acariciar al caracol!!
Al principio el caracol se asustaba un poco. Igual no estaba acostumbrado a que un humano le acariciara y aquello le estaba resultando mas raro a él que a mi. Pero los caballos también en su día eran salvajes y hoy hay quien peina sus cabellos. Mis movimientos con el dedo índice eran suaves por su coraza, que aunque en ningún momento se guardó en ella sí se contrajo un par de veces. Después se relajó y empezó a disfrutar. Acaricié su lomo moluscoso con el dedo corazón y ahí se le vio más suelto estirándose cada vez más. Movía sus antenitas de una forma curiosa y parecía que él a su vez también queria hacer algo por mí, pues no paraba de moverse dentro de su lentitud. Así, puse mi palma de mi mano en el suelo boca arriba por si quería subir, y con primeros tímidos tientos, inspeccionó el terreno primero con sus ojos y luego con medio cuerpo en mi dedo. Ahí se paró y la sesación de cosquillas era insuperble por nada en aquel momentos. Movía la cabeza adelante y atrás como si estuviera dándome pequeños besos. Aquello produjo carcajadas en mi, en medio de la calle, lloviendo de rodillas en la noche. Puede parecer raro, lo sé...de rodillas mientras llueve!!! jajaj Q locura!!! Jeje ¿pero a tú besas a tu perro y es tan normal,no?
http://www.davidtestal.com/#!biografia/c10fk
ResponderEliminarme gustaría conocerle...
EliminarRoberto compadre Elius3 --> Elio ; )
Eliminarhostia había leído conocerTe, será por el aire de barna
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